Instancias botánicas
Año: 2021
Técnica: Acuarela, tinta china, collage vegetal y cerámica
Exposición en Fundación Liebre Lunar, Bogotá.
Texto de la exposición por Ernesto Soto Madriñán:
Refiriéndose a lo maravillosa que es la experiencia en el mundo como consecuencia de vivir atentamente, Henri Matisse decía con simpleza: “Siempre habrá flores para quienes quieran verlas”. Extrañamente, el sentido de su afirmación no parece limitarse a una lectura metafórica. Las orquídeas, especialmente, se han adaptado para crecer en las alturas y sobre nuestro horizonte; como a la espera de nuestra admiración. Sujetadas de ramas en el paisaje, sus flores se asoman coloridas, variadas, solitarias, delicadas, complejas y efímeras por entre el bosque caótico. La exhibición es tal que resulta difícil dudar que estén, allí, literalmente posando para que nos adentremos a encontrarlas. En muy poco, Matisse nos ha dicho que las flores no solo existen para nosotros, sino para que las observemos, y más específicamente para quienes buscan verlas. En muy poco, el pintor parece incluso sugerir la búsqueda y experiencia de la belleza misma como parte de la condición humana. Esta condición se ha materializado en nuestro persistente impulso por extraer, recolectar y domesticar el mundo para su contemplación. Tal vez lo hacemos en un intento por comprender la naturaleza, a nosotros como especie o como individuos insertos en ella, todos susceptibles al cambio en el tiempo hasta morir. Lisa Anzellini ha buscado y observado cada planta en su instante de mayor vitalidad luego de registrar todos los matices de su ciclo hasta el final. Como bodegones, la pintora ha suspendido a las flores en el tiempo, atentando contra la temporalidad y permitiéndonos apreciarlas en todo su esplendor antes de ir a buscarlas nosotros mismos.
Formada como pintora (Universidad de Los Andes, 2013) y especializada como ilustradora botánica (Chelsea School of Botanical Art, 2017), Anzellini da continuidad al casi extinto oficio de exploradores, pintores y científicos que por medio del reconocimiento y representación de nuestra flora contribuyeron en procesos sociales, culturales, políticos y ambientales. En su disciplina, ella ha desarrollado cuidadosas recolecciones en el campo, coloridas acuarelas, descriptivas siluetas en tinta y delicados experimentos en cerámica que revelan diferentes aspectos de las orquídeas en cuatro instancias botánicas. En conjunto, estas instancias sin embargo demuestran cómo la artista y botánica se ha permitido reemplazar las pautas analíticas de las láminas científicas por una taxonomía personal en el ejercicio de entender y captar diferentes momentos de la vida que las flores nos quieren recordar con tanta fugacidad.
Ernesto Soto Madriñán